Felicitaciones…, pero no creas que todo ha terminado.
- ¿Qué hay que saber de los tests psicotécnicos?
- Mitos de las negociaciones laborales que han impedido que cientos de miles de trabajadores honestos consigan la paga que se merecen.
Tests psicotécnicos
Cuando se recibe una oferta de trabajo o la aceptación de un curriculum, lo más frecuente es que tengas que realizar varias pruebas de aptitudes (lo que se denomina una batería de tests), alguna prueba profesional y una prueba de personalidad.
Los Tests Psicotécnicos en ocasiones se realizan en grupos. En este caso, olvídate de los demás. Céntrate en tu trabajo y en hacerlo lo mejor posible.
¿Qué hay que saber de los tests psicotécnicos?
Se trata de una serie de pruebas diseñadas para apreciar aptitudes o capacidades, por un lado y rasgos de personalidad, intereses, valores personales, etc, por otro. Son dos tipos de pruebas a las que es preciso enfrentarse de manera diferente.
Estos son algunos tipos de pruebas psicotécnicos frecuentes en procesos de selección de personal:
- Inteligencia general,
- Capacidad de abstracción - razonamiento abstracto,
- Manejo aritmético - razonamiento numérico,
- Capacidad para resolver problemas, mecánicos y espaciales,
- Fluidez y razonamiento verbal,
- Resistencia a la fatiga
- Aptitudes administrativas .
Los Tests de Personalidad, tratan de conocer rasgos de tu forma de ser, de tu carácter, acordes con el perfil del puesto: introvertido o extrovertido, afable o huraño, dinámico o conservador, optimista o pesimista, con iniciativa o sumiso, impulsivo o moderado, etc.
En los tests de personalidad no respondas a las cuestiones tratando de dar una imagen muy alejada de ti. Ten en cuenta que hay preguntas que buscan tu grado de sinceridad. Las contestaciones no son ni buenas ni malas, simplemente reflejan tu forma de pensar o actuar ante determinadas situaciones.
Las Pruebas Profesionales, tratan de evaluar el grado de destreza y conocimientos técnicos y prácticos que tienes relacionados con el puesto de trabajo.
Es importante que a la hora de presentarte a la realización de pruebas:
• Acudas relajado, descansado y sin problemas de sueño. Es necesario un buen nivel de alerta, pero no una ansiedad excesiva.
• Leer muy bien y/o escuchar atentamente las instrucciones hasta estar seguros de haberlas entendido. No comiences sin haber entendido perfectamente el ejercicio.
• Evitar los pensamientos negativos ante la tarea que tienes por delante. Céntrate en cada paso.
• Contestar primero las preguntas de las que estés seguro y volver al final sobre las dudosas, si el tiempo te lo permite.
• En las pruebas de velocidad, contestar el mayor número posible de cuestiones. No te obsesiones con el tiempo ni estés mirando al reloj constantemente.
Hay gestos que pueden traicionarle o contradecir sus palabras. Son muchos los asesores que se han entrenado un poco en "gestología", la técnica de interpretación de las actitudes. Usted no les podrá hacer creer que es animoso si se presenta con los hombros hundidos o con una mirada evasiva. Ni dinámico si lleva la mano izquierda apoyada en la derecha (y al revés para los zurdos). Ni tampoco sincero si se tapa la boca con las manos. No será creíble.
En cambio, para imponerse, cruce la pierna derecha por encima de la izquierda. Para seducir, la izquierda sobre la derecha. Procure no cruzarlas y descruzarlas febrilmente (significa impaciencia o ... problemas sexuales) ni agitarlas (significa nerviosismo, inestabilidad...).
Otro indicio: el apretón de manos. Si es demasiado rápido, revela falta de consideración (hacia el interlocutor) o una personalidad huidiza. Si es insistente, tendencia a farolear, al bluff, a una cierta adulación. Si es firma, es franca y expresa lealtad. Si es blanda, denota debilidad, falta de voluntad.
Como responder
Normalmente, en la entrevista se guardan los buenos modales. Sus interlocutores evitarán plantearle preguntas demasiado íntimas. Pero si lo hicieran (para comprobar sus reacciones), sálgase por la tangente con habilidad.
Lo esencial se referirá a sus competencias, experiencias y motivaciones. No cuente su vida cuando le lancen el consabido "Hábleme de usted". Pero mencione todo aquello de su trayectoria y su carácter que le favorezca de cara al puesto a cubrir. Concrete y desarrolle determinados puntos de su CV así como sus ambiciones personales. Muéstrese razonablemente ambicioso. Evidentemente, usted tiene intención de evolucionar, por supuesto, usted sabe esperar.
Hay ciertas cuestiones que se repiten inevitablemente; no improvise las respuestas:
"¿Cuáles son sus principales cualidades y defectos?": para ser creíble, manténgase lo más cerca posible de su verdad. No lo pinte todo blanco o negro. Nadie es perfecto, y no engañaría a nadie. Juegue limpio, sin tender el palo para que le peguen con él. Nada de llamar la atención sobre lo mucho que le cuesta despertarse por la mañana ni de decir que no acaba de dominar el inglés.
"¿Qué piensa aportar a la empresa?": también aquí sea franco; evite las promesas exageradas y atribuirse una valía excesiva. Usted no puede pretender ser hipercreativo y, a la vez, un modelo de organización.
"¿Está usted dispuesto a trabajar hasta tarde o en fin de semana, o a cambiar de ciudad para trabajar en una filial?": no se tome este tipo de preguntas al pie de la letra. Sí, usted está disponible, de lo contrario no estaría aquí. Sí, usted está dispuesto a hacer sacrificios (familia, amigos, hábitos... ) siempre que sean razonables y tengan una compensación.
"¿Es usted autónomo en su trabajo?": Sí, usted lo es, pero no olvida añadir que eso no quita para que sepa (y le guste) trabajar en equipo. Desconfíe de este género de preguntas de doble sentido.
Por regla general, evite responder únicamente "sí" o "no", explíquese. No hable de sus propias necesidades (es secundario) sino de lo que usted puede aportar a la empresa. Y, sobre todo, procure no ironizar ni gastar bromas (inútilmente) ; quedan fuera de lugar.
Mitos de las negociaciones
Un salario inicial es sólo para principiantes
Frases creadas por empleadores con la esperanza de que los candidatos acepten sus mezquinas ofertas como no más que una inconveniencia temporal.
En realidad, si bien es cierto que todas las remuneraciones son revisadas cada año, son calculados usando un porcentaje de tu paga actual.
Los empleadores ven con malos ojos la negociación salarial
Con frecuencia, los aspirantes dudan en contraofertar por temor a que el empleador decida pasar al siguiente candidato.
Sin embargo, esta clase de negociación es una parte integral del proceso de contratación, y los empleadores están siempre preparados para discutir la paga. A menudo se sentirán más cómodos contratando a un profesional que conoce el valor de su trabajo. Incluso cuando el salario resulte no negociable, nunca puede ser malo preguntar al respecto —a menos que esta información quede completamente explicitada durante la entrevista—.
Pedir menos mejora tus chances
Es una de las razones por la cual muchos trabajadores experimentados se encuentran atascados en posiciones de principiantes.
Es importante, desde luego, no excederte cuando haces la contraoferta, o podrías correr el riesgo de pedir algo poco realista o inalcanzable para el empleador. No obstante, debes tener en mente que vender barato tu valor profesional te hace lucir inseguro/a acerca de tus cualidades y, en consecuencia, menos valioso/a como candidato. Finalmente, estarías socavando tus probabilidades.
La promesa verbal es igual a un contrato
No abandones tu trabajo actual, no reniegues nuevas ofertas, y no te muevas hasta haber firmado sobre la línea de puntos. Son imposibles de probar sin testigos creíbles —y esto es algo verdaderamente difícil de encontrar en entrevistas realizadas en ámbitos privados—. Que todas las promesas se hagan por escrito.
Todo es negociable
Eisten tres tipos de oferta laboral: de nivel de entrada, intermedia, y de nivel ejecutivo.
Las posiciones de nivel de entrada tienen una remuneración establecida. Puedes regatear sobre días de vacaciones no pagados, pero todo lo demás va a permanecer igual. Los salarios intermedios son más flexibles.
Por último, la negociación salarial es una obligación a la hora de entrevistarte para una posición ejecutiva. Efectivamente, esto demuestra que tú valoras tus cualidades, y las empresas suelen estar deseosas de pagar justamente a un líder de confianza.
Termina con los mitos si quieres más dinero
Recuerda que tu paga no es determinada únicamente por el empleador. Incluso si tus expectativas salariales son ligeramente más elevadas de las que la empresa está dispuesta a pagar, ten en cuenta que siempre puede haber una excepción si el entrevistador siente que está ante el candidato adecuado.
Asimismo, los managers de contratación suelen disponer de un amplio rango salarial para jugar. El lugar que decidas ocupar dentro de ese rango depende enteramente de cuán bien sepas venderte.
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