No te preocupes, puedes cambiar ese estado de ánimo y salir de ese pozo tan oscuro en el cual no encuentras un luz que te guie, por la depresión en la que estas inmerso.
1. No te preocupes, ocúpate
Cuando nos preocupamos nos estamos enfocando antes de que el problema ocurra (pre) o en lo malo (el problema a solucionar), nuestra mente deja de buscar soluciones, sin darnos cuenta estamos frenando nuestra creatividad.
¿Ocuparnos en qué? En ser feliz, tener fe, creer en nuestra capacidad para salir adelante, tener confianza en las decisiones que tomamos, en ser consientes que no todas las cosas depende de nosotros.
Si le ponemos más atención a los malos resultados que estamos teniendo en nuestra vida, seguiremos teniendo más lo mismo, porque la mente esta centrada en esa situación.
Ocuparnos en cambiar nuestra atención en cosas positivas, así, tendremos resultados positivos.
2. Ten paciencia
Cuando nos encontramos en una situación mala es difícil salir adelante, pero, nada es para siempre, así es la vida.
Nadie nos dijo que íbamos vivir sin problemas, sin adversidades, todos en nuestro vivir tenemos lecciones de vida. Sino hay lección no hay evolución, así de simple.
La paciencia es la clave, no te desesperes. “La paciencia es amarga pero su fruto es muy dulce”
3. Sonríe
Vivir intensamente cada momento. Que los problemas no te quiten una sonrisa, no te dejes vencer. Hay que aprovechar y vivir las cosas buenas y no distraernos.
No distraernos con excusas como: es que no soy inteligente, es que no tengo estudios, es que soy pobre, es que yo no puedo, es que no tengo tiempo, si te crees esto
te paralizaras. Los humanos somos expertos en inventarnos excusas para no enfrentar una situación, con esto nos bloqueamos fácilmente.
Cambia lo negativo por lo positivo:
Soy inteligente, saldré adelante, nada me detendrá, seré un triunfador (a), no me dejare vencer, todo es posible, yo quiero, yo puedo, yo voy.
Sueña y cada sueño conviértelo en realidad, lucha por lo que quieres y mantén tu atención en tus metas.
El peso del pasado
Las historias que has creado en tu mente a partir de cómo ves o cómo interpretas los hechos de tu pasado pueden “tirar abajo” tu autoestima y poniéndole freno a tus planes del presente.
El dolor o las dudas son a causa de juicios y opiniones que tú mismo haces en base a lo que te ha sucedido.
Debes elegir aquellas creencias y puntos de vista que, en lugar de derrumbar tu equilibrio, te llenarán de fuerzas para poder afrontar los retos que trae el mañana y lograr tus objetivos.
Cómo deshacerte de la influencia tóxica de las interpretaciones negativas...
1. Identifica la situación pasada que te esta afectando.
Circunstancias que te han “tocado” profundamente en el pasado, que aocias con lo que hoy te hace sufrir.
2. Distingue entre los hechos y las interpretaciones.
Ten siempre en cuenta que el lenguaje que usas, para hablar y/o pensar es lo que moldea la realidad.
Un hecho es algo de tu pasado que no puedes cambiar, la interpretación es la forma en tú has vivido/percibido/sentido ese hecho.
3. Descubre el poder de cambiar la interpretación de un hecho vivido
Si no eliges nuevas formas de “contarte” lo que te ocurrió, es muy probable que esa experiencia siga obstaculizando tu camino hacia un futuro mejor.
Para generar esta nueva historia puedes hacerte las preguntas:
* ¿Cuál es el futuro que proyectan tus interpretaciones?
* ¿Cuáles son las puertas que se te abren según tu interpretación?
* ¿Cuáles son las que se te cierran?
* ¿Crees que puedes tus interpretaciones?
Estas interpretaciones pueden ser la base del malestar que estás sintiendo. Tus creencias influyen directamente en tus emociones, ya sea para malestar o para bienestar.
Desarma el mecanismo vicioso. Vuelve a contarte la historia, pero esta vez toma las riendas.
No te veas a ti mismo como una víctima impotente de la situación, sino como el protagonista, para encontrar en esa historia el aprendizaje y la oportunidad .
Qué enseñanzas puedes sacar de esos hechos y cuáles son las posibilidades que se te abren que no habías visto antes.
Cuál fue tu responsabilidad en ese momento dado y cómo puedes cambiar tu punto de vista para que te sirva de apoyo hacia lo que quieres lograr.
Tú puedes elegir cómo interpretar tu pasado para que deje de pesarte y puedas encontrar en él una nueva oportunidad.
Te animo ya mismo a que te reencuentres con tu pasado y que empieces a “contarte nuevos cuentos” que te sirvan de soporte en el camino hacia lo que quieres ser, hacer y tener.
¿Por qué te cuesta decidir?
Puede que para algunas personas no suponga ningún problema, pero para muchas otras es causa de estrés e inseguridad, llegando a tener un gran impacto personal y profesionalmente. ¿Es este tu caso?
Cada vez que tienes que tomar una decisión especialmente importante no sabes qué hacer. Le das vueltas y más vueltas a las distintas posibilidades, con miedo a cometer un error y pensando en lo peor que podría pasar. Así que te encuentras estancada, frustrada, sin energía y con ganas de decidirte de una vez, ¿verdad? Sin embargo, ahí sigues, sin ser capaz de tomar una decisión...
¿Por qué es tan difícil para ti tomar decisiones?
Estas son algunas de las posibles causas:
- Crees que tu decisión va a ser permanente, para siempre.
- Quieres tomar la mejor decisión, la que te asegure un resultado perfecto (y eso implica la capacidad de leer el futuro).
- Tienes miedo a equivocarte.
- Te influye lo que otras personas piensan y esperan de ti.
¿Te das cuenta? No me extraña que te cueste tomar decisiones, tienes muchas expectativas y presiones, y ¡además necesitas predecir el futuro!
Recomendaciones para tomar decisiones:
Cuando uno quiere hacer algo, no necesita razones; si te las das es porque no estás muy convencido.
¡Cambiar de opinión es posible! (en la mayoría de los casos). Esto es algo que quiero que tengas siempre presente, porque la idea de que nuestras decisiones son irrevocables genera, y con razón, mucha ansiedad. Las decisiones no tienen que ser de por vida, y no pasa nada si cambias de opinión más tarde.
Cualquier decisión puede ser para bien si sabes cómo lidiar con las consecuencias. No es una mala decisión cometer una equivocación al elegir, pero sí lo es no hacer nada al respecto (aparte de quejarte).
No te obsesiones con tomar la mejor decisión posible, apunta a la opción que conlleve un mayor desarrollo personal o profesional. Si, al cabo de un tiempo, ya no te satisface la opción escogida, no pienses que cometiste un error sino que necesitas seguir creciendo, que dicha elección ya no aporta nada a tu desarrollo.
Entonces, ¿cúal es la manera más sencilla de tomar una decisión?
Si no sabes lo que querés... lanza la moneda y mira el resultado.
¿Qué has sentido al lanzar la moneda? ¿Qué resultado querías que saliera? ¿Y cuando la moneda cayó? ¿Cómo te sentiste? Te encontrarás pensando “que salga cara” o “nooo, yo prefería la otra” y así te darás cuenta. No estás dejando tu futuro en manos de una moneda sino que estás escuchando lo que verdaderamente sentís.
Si cometes errores... aprenderás, progresarás.
Este libro analiza los factores que determinan la idea de nuestro “yo”, como la infancia, los valores culturales, el autocontrol, el odio a uno mismo, los estados depresivos, así como el papel de la autoestima en las relaciones con los demás.
El autor defiende que entender las claves de la autoestima es una inversión muy segura, ya que, ¿hay algo más determinante en nuestra vida que cómo nos sentimos con nosotros mismos?
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¡Pisa el freno!
La detención del pensamiento consiste en volver de espaldas el pensamiento negativo. Dale la vuelta a las cosas. Esto se consigue concentrándose en los pensamientos no deseados y después de un corto periodo de tiempo, detener y vaciar la mente, para volver a llenarla de manera inmediata con pensamiento incompatibles con los anteriores (virtudes, mensajes positivos, recordatorios de cosas que hemos hecho bien a lo largo de nuestra vida…). Para lograr echar el pensamiento negativo de nuestra mente, por lo general se utiliza una palabra corta y contundente como puede ser “¡stop!” o “¡alto!”.
Ejemplo:
Si piensas que harás mal tu trabajo, grítate “stop” a ti mismo y dedica tu esfuerzo y energía en buscar tus virtudes, no sigas machacándote, así lo único que harás será chocarte con la ansiedad, el agobio, y con nuevos pensamientos negativos.
Es una técnica sencilla, pero que requiere entrenamiento para llegar a dominarla, ya que es necesario cierto control mental. Una recomendación es realizar una lista de todos los pensamientos estresantes que nos abruman y así nos será más fácil reconocerlos cuando nos asalten la próxima vez.
Ten en cuenta también que a montar en bicicleta no se aprende en dos días, lo que quiero decir con esto es que no te desmotives la primera vez que falles en tu intento; piensa que igual son necesarios varios fallos previos antes de conseguir la detención total de un pensamiento. Como contrapartida a este hecho, piensa que la satisfacción de haberlo conseguido después del esfuerzo ocasionado será mayor que si lo hubieses conseguido a la primera.
También ten en cuenta, que es complicado que tras una detención completa, el pensamiento no vuelva a aparecer nunca más; volverá a aparecer pero con menor intensidad, o igual con la misma fuerza quien sabe. Lo importante es que a ti te encontrará más fuerte, más entrenado y más seguro y lograras controlarlo hasta su completa extinción.
Recuerda que nuestra mente es un mundo lleno de posibilidades, con muchísimo potencial y con mucha fuerza positiva. Piensa que no es tu enemigo, sino tu aliada, y que de ti depende abrir la puerta de los pensamientos positivos y cerrar para siempre la de los negativos. Y recuerda que “nuestra mente no es un vaso por llenar; sino una lámpara por encender.
Ejemplo:
Si piensas que harás mal tu trabajo, grítate “stop” a ti mismo y dedica tu esfuerzo y energía en buscar tus virtudes, no sigas machacándote, así lo único que harás será chocarte con la ansiedad, el agobio, y con nuevos pensamientos negativos.
Es una técnica sencilla, pero que requiere entrenamiento para llegar a dominarla, ya que es necesario cierto control mental. Una recomendación es realizar una lista de todos los pensamientos estresantes que nos abruman y así nos será más fácil reconocerlos cuando nos asalten la próxima vez.
Ten en cuenta también que a montar en bicicleta no se aprende en dos días, lo que quiero decir con esto es que no te desmotives la primera vez que falles en tu intento; piensa que igual son necesarios varios fallos previos antes de conseguir la detención total de un pensamiento. Como contrapartida a este hecho, piensa que la satisfacción de haberlo conseguido después del esfuerzo ocasionado será mayor que si lo hubieses conseguido a la primera.
También ten en cuenta, que es complicado que tras una detención completa, el pensamiento no vuelva a aparecer nunca más; volverá a aparecer pero con menor intensidad, o igual con la misma fuerza quien sabe. Lo importante es que a ti te encontrará más fuerte, más entrenado y más seguro y lograras controlarlo hasta su completa extinción.
Recuerda que nuestra mente es un mundo lleno de posibilidades, con muchísimo potencial y con mucha fuerza positiva. Piensa que no es tu enemigo, sino tu aliada, y que de ti depende abrir la puerta de los pensamientos positivos y cerrar para siempre la de los negativos. Y recuerda que “nuestra mente no es un vaso por llenar; sino una lámpara por encender.
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